sábado, 10 de febrero de 2018

cartas y diario de xavi sabater | febrero 2007 | 35 años y 5 meses

9 DE FEBRERO, VIERNES
Querido Enrico…
Esta mañana sentí tu ternura de golpe cuando, al otro lado del teléfono, tu voz se despertaba y la mía se iba adormeciendo. Me hablabas con ese cariño tan cierto al que me tienes acostumbrado y esbozabas una sonrisa en mi cara cuando me ibas relatando los avatares de tu pronta mañana. Yo desgajaba una mirada cómplice y enamorada al escuchar tus palabras, tus ocurrencias, tus expresiones de niño travieso y divertido. Es ahí cuando reconozco el amor que te tengo y la calma feliz a la que me has conducido poco a poco. Me contabas que habías hablado con tu madre, que ella te había llamado, por fin, después de un tiempo, y que se encontraba a gusto con su nuevo trabajo. Tú sentías que su voz era sincera y percibías que esta nueva vida que ha comenzado en Estados Unidos le está devolviendo la energía que, quizás, había ido perdiendo con el paso rutinario de los años. Deseé con fuerza en ese momento que, algún día, ella pudiera venir a Madrid para conocernos, para que fuera testigo de lo que tú  y yo hemos ido consiguiendo. Después me contabas cómo te había levantado de la cama el fontanero que está intentando arreglar la avería que hay en el piso de abajo y la actitud agresiva y recurrente de la vecina que tanto te incomoda con su vejez despistada. A pesar de lo que, a veces, te molesta, tú la entiendes porque tienes esa bondad y comprensión con los ancianos. Al final, después de hablar más veces por teléfono, viniste a casa a buscar unas herramientas para colgar de nuevo ese espejo que tanto tiempo lleva esperando retomar su puesto. Nos despedimos con un corto beso y, después, me di cuenta de que esta vida tan desordenada que llevo, a veces nos impide dedicarnos más tiempo. Esta mañana estoy inmerso en diversas cavilaciones que me tienen un tanto descompuesto. No como bien, no duermo, pero estoy barruntando un cambio que lleva años esperando dejar de ser un sueño, y ahora que tu amor ha sentado las bases de mi centro de gravedad permanente, como dice Franco Battiato en una canción, creo que ha llegado la hora de ser valiente y abandonar por fin los miedos que durante tanto tiempo me han impedido llevar a cabo con firmeza y constancia la vocación que tantos desvelos y horas perdidas ha impuesto a mi vida. Ahora que ella se ha serenado y ha encontrado en ti su puerto más sereno, es el momento de saber hasta dónde todo lo que aprendí tenía su objetivo en un solo proyecto. 

© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 2007
Recuerdo de olvidos y presentes ausencias. Cartas y diario de Xavi Sabater

No hay comentarios:

Publicar un comentario